jueves, 31 de enero de 2008

EL EFECTO AMÉLIE






Mire, mi pequeña Amélie,
Vd. no tiene los huesos de cristal.
Puede soportar los golpes de la vida
Si deja pasar esta oportunidad,
con el tiempo será su corazón
el que se vuelva tan seco y quebradizo
como mi esqueleto.
Así que, decídase,
por todos los diablos.




martes, 29 de enero de 2008

ÉXODO

"Abre los ojos y mira hacia dentro. ¿Estás satisfecho con la vida que estás viviendo? (...) Vayamos a andar, de acuerdo, por los caminos de la creación, puesto que somos la generación -dime por qué- que cruza los tiempos de la gran tribulación."

Bob Marley


Aprovechando el festival de OVNI 2008 Éxodo en el CCCB (Centre de Cultura Contemporànea de Barcelona), he vuelto a recordar mis razones por mi propio “éxodo” a Barcelona. Llevo tres años y medio en Barcelona y aún me persigue el Fernweh.

Aprender idiomas resulta un aprendizaje muy útil, ya que hay fenómenos en muchos idiomas que no sabemos traducir explícitamente en el idioma natal o idioma con el cual solemos comunicarnos. Tomamos por ejemplo las palabras alemanas Heimweh y Fernweh:

Heimweh: en los diccionarios te ponen “añorancia, nostalgia”. En realidad es añoranza por tu hogar. Es un sentimiento que tienes cuando vives lejos de tu casa y sientas nostalgia por ella.

Fernweh: pues en el diccionario pone también “nostalgia.” En realidad se trata del contrario de Heimweh. Es añoranza de salir fuera del hogar natal, viajar y vivir en el extranjero.

Como podéis ver, en castellano se pueden utilizar las palabras nostalgia para los dos conceptos. ¿Nostalgia? Si, en cierto modo, es nostalgia lo que sentimos, si queremos volver o marcharnos, pero en alemán también existe este concepto “Nostalgie”, que también significa ansia, anhelo, todos palabras que definen un cierto estado de ánimo, pero que prácticamente significan lo mismo. “Même chose”, diría yo en francés. ¿Veis lo interesante que es estudiar idiomas? A mi me fascina.

Bueno, volviendo a Fernweh. Personalmente siempre lo he tenido. Es un estado en el cual ansías salir de un lugar, conocer nuevos países, aprender nuevos idiomas, nuevas culturas y cambiar de aires. No diría en todo caso, que estoy plenamente en éxodo (como se llama el post de hoy), pero sí forma parte de mi vida y de mi personalidad. En fin, llevo en Barcelona casi 4 años (en septiembre cumpliré cuatro), pero llevaba toda mi vida como extranjera en Alemania y con ello mis eternos problemas de identidad: ¿de dónde soy? ¿Soy española porque tengo un pasaporte que me lo dice y un estado que me lo reconoce? O ¿Soy alemana porque llevaba 24 años viviendo en ese país, he hecho ahí mi educación secundaria, mi bachillerato, mi primera carrera universitaria?

Llevo pensándolo desde que llegué a Barcelona. Lo que sí tengo claro son las razones por la que me mudé aquí: tuve que salir de Alemania, no por razones de trabajo, formación universitaria, sino porque veía que mi mundo se estaba encajando en una rutina en la que yo no quería pertenecer. No me apetecía vivir toda una vida en un mismo lugar, en la misma ciudad, en el mismo trabajo y con la misma gente. Sabía que llegaría el punto de salir de ahí y cambiar de casa, de aire, de idioma y de país. Es también la razón, por la que quise estudiar japonés, por la que me fasciné por Asia, el continente desconocido, por la que me encanta el Budismo como práctica de auto-encuentro, por la que me encanta Japón por estar igual de controversias y búsquedas de identidades como yo.

Mi pregunta que me hago actualmente es por lo tanto comprensible en mi propio punto de vista: ¿Me quedaré en Barcelona?



To be continued…

miércoles, 23 de enero de 2008

HOMENAJE A HEATH LEDGER (1979-2008)

no me lo puedo creer aún...










...siempre nos quedará Brokeback Mountain...

domingo, 20 de enero de 2008

PERSÉPOLIS



“Vivir en paz es un privilegio de una parte del mundo”



He acabado por fin de leer la novela gráfica Persépolis (“la ciudad persa”) de Marjane Satrapi y me ha fascinado aún más que la película. Como sabéis, la historia refleja la juventud y la adolescencia de Marjane Satrapi, una iraní que vivió en la época de constante guerra y transformación en su propio país natal.

En su constante búsqueda de la libertad, en la cual se incluya la libertad de expresión, de vestimenta, de opinión y de vida, los padres de Marjane se vieron obligados a sacar a su propia hija fuera del país con tan sólo 14 años. Estuvo durante varios años en Viena, en una ciudad en la cual no entendía ni el idioma ni tampoco la conducta de sus habitantes. De todos modos, eso sí, estuvo libre de la presión de las autoridades islámicas iranís.

Con el paso del tiempo, Marjane nota, que no encontraba la libertad que tanto ansiaba. Se trasladó a Viena para salir de las miserias de la guerra pero no se sentía cómoda ni aceptada con lo cual le llevó incluso a negar su propia identidad para poder integrarse mejor en la sociedad. Se vio sumergida a una generación de niños y adolescentes que no habían vivido jamás una guerra, de estar obligados a llevar un velo, de esconderse en el sótano cuando caían las bombas, de no haber visto jamás morir a una persona querida. Poco a poco pero se integra a la sociedad “occidental” y empieza a tener una adolescencia normal, sus primeros amigos, su primer amor y su primer desamor: “había sobrevivido a una guerra que me había alejado de mi país y de mis padres y una banal historia de amor había estado a punto de acabar conmigo.

A veces olvidamos que hay personas que lo pasan aún peor que nosotros y yo mismo me incluyo en “nosotros.” Yo, que nací en septiembre de 1979, justo en el mes de la revolución de Irán. Yo, que tuve la suerte de estar con mis padres, que tuve la suerte de gozar de mi libertad de expresión, de mi propia forma de vestirme, de no esconderme de mi misma mientras que Marjane (a mi edad) vio morir a sus mejores amigos en la guerra, vio como todos los hijos de familias se vieron obligados a ir al frente con la promesa de que su muerte le abriese las puertas del paraíso (les daban una llave como garantía de que si muriesen como mártires entrarían en el paraíso y tendrían comida, fama, dinero y mujeres).

En fin, generación de la post-modernidad, la libertad es un lujo que no sabemos apreciar aún. La libertad es un sentimiento de liberación que pocas personas saben valorar. La libertad es un privilegio para solo una parte del mundo.




La escena que más me ha conmovido personalmente fue con la abuela de Marjane antes de su salida de Irán:

"En la vida te encontrarás a muchos gilipollas, si te hacen daño piensa que es su estupidez lo que les impulsa a hacerte daño, así no responderás a su maldad, porque no hay nada peor en el mundo que la amargura y la venganza. Se siempre digna e íntegra contigo misma.

Pues no olvides esto: el miedo nos hace perder la conciencia y también nos convierte en cobardes. Has sido muy valiente, estoy orgullosa de ti."





martes, 8 de enero de 2008

TRISTEZA



“Si alguien te hace llorar, no se merece tus lágrimas, porque quien realmente se las merece, nunca te hará llorar.”


¿Qué puedo hacer cuando ya no sé qué hacer con la tristeza que me encarna desde varios meses? ¿Qué puedo hacer para quitarme de encima este vértigo que me impide mirar hacia delante, saltar desde un gran edificio y dejar todo lo ocurrido detrás? ¿Qué puedo hacer cuando esta tristeza me atrapa y me ahoga dejándome sin aire, cubriendo mi cara y mi alma de lágrimas pesadas y tirándome al suelo? ¿Qué puedo hacer cuando mi positivismo me ha abandonado y ya no es mi fiel amigo? ¿Qué puedo hacer para despertarme una mañana y olvidarme de todo?


Seguir viviendo.