martes, 30 de octubre de 2007

Cambia tu vida aburrida por una nueva

El otro día fui al Centro Comercial y me chocó una cosilla nueva que he visto y que estaba de muy buena oferta: “¡Cambia tu vida miserable por una nueva perfecta! Versión 1.0”

Me la compré ya que además de estar de muy bien de precio (9.90€) me atraía muchísimo este producto. Lo bueno es que podías elegir tal como querías cambiar tu vida, así que empecé a modificar ciertas cosas de mi vida:

  1. Cambiar mis dientes amarillentos por los del señor Colgate.
  2. Cambiar mi pelo por el peinado de la chica Pantene.
  3. Cambiar mis manos y mis uñas comidas y sucias por la de la chica de la manicura.
  4. Cambiar mi cara por la cara de Barbie.
  5. Cambiar mi voz por la de esas del teléfono móvil que suenan tan suave.
  6. Cambiar mis ideales progresistas por una felicidad infinita.
  7. Cambiar mi cuerpo por las formas perfectas de un maniquí.
  8. Cambiar mi alma por una visión perfecta de televisión.

A veces pienso que Mefisto realmente existe y que se transforma en una visión propagandística visualizada en la televisión, en la publicidad y en el ocio. Nos pone bastante a prueba y nos convence a elegir la forma más cómoda y rápida de olvidarnos de todos nuestros problemas y nuestras preocupaciones vendiendo nuestro propio ser y alma. La cirugía estética es una de los brazos de Mefisto, nos ayuda de esta forma encontrar un consuelo en la pérdida de fe y confianza en sí mismo dejándonos llevar por el bisturí. Por esa razón considero que se revela claramente en qué punto la gente está dispuesta a ir para poder alcanzar un vislumbre de una vida más cómoda y sin problemas. Preferimos vender nuestra alma a la perfección, a una propaganda proclamada por la publicidad y sobre todo por la televisión. Una visión de ciencia-ficción.

Al llegar a casa, empecé a desempaquetar esta nueva fascinante vida que me compré en el Corte Inglés y vi que había cosas que no funcionaban muy bien. Además de notar que el pelo de la chica Pantene no quedaba muy bien con mi nueva cara de Barbie he notado que la mayoría de cosas que había cambiado con mucha ilusión no tenían nada en común con mi propio ser y con lo que yo soy. Volví al lugar donde lo he comprado y quise devolver el producto. Realmente prefiero tener mi vida menos perfecta.

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