viernes, 4 de abril de 2008

EL DÍA EN EL QUE MURIÓ LA ESPERANZA




"Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos."

Martin Luther King


Hoy se cumplen 40 años del asesinato de Martin Luther King, un reverendo y al mismo tiempo activista del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos para los afroamericanos y también galardón del Premio Nobel de la Paz. En el momento de la actualización del Blog de hoy, he encontrado una interesante foto de Martin Luther King en el cual al fondo se ve una foto de Mahatma Gandhi, para mí un personaje imprescendible del Siglo XX y al cual me considero una gran admiradora. Martin Luther fue un gran defensor de sus filosofías de la no violencia, de la aplicación de la palabra antes de las armas, de la desobedencia civil. Intentó aplicar esta filosofía a una sociedad acostumbrada por la tradición del uso de armas, de la filosofía bíblica “ojo por ojo” y de la distinción social y racial (los blancos, los caucasianos, los negros, los amarillos, etc.) Pero precisamente esa tradición será la que le traicionará, le asesinará y le convertirá consecuentemente en el mártir por su lucha por los Derechos Civiles.

Me entristece reconocer pero, que después de 40 años del asesinato de Martin Luther King seguimos luchando por valores inferiores y en cierta forma absolutamente innecesaria cuando al mismo tiempo millones de personas padecen de injusticias como la hambre, la sed, la discriminación racial y social. Considero que éstas son las verdaderas preocupaciones en las que tenemos que luchar en contra para crear finalmente lo que nosotros siempre proclamamos: la humanidad. ¿Quiénes somos nosotros, que vivimos en la sociedad de la más mimada, para decidir lo que está bien y lo que está mal? Me entristece que cada vez que dedicamos un segundo, una página, un artículo, un libro, un documental, una película a este gran defensor, sus palabras resuenan como un eco y no tiene destinatario. Parece como una canción repetida en un disco, un disco rallado que no pasa a la siguiente canción porque hay algo que lo impide y nadie está ahí para pasar la aguja a la siguiente canción. ¡Ya nadie oye sus canciones! ¡Qué triste!

"Humildemente me esforzaré en amar, en decir la verdad, en ser honesto y puro, en no poseer nada que no me sea necesario, en ganarme el sueldo con el trabajo, en estar atento siempre a lo que como y bebo, en no tener nunca miedo, en respetar las creencias de los demás, en buscar siempre lo mejor para todos, en ser un hermano para todos mis hermanos. La fuerza no procede de las facultades físicas, sino de una voluntad invencible."

Mahatma Gandhi


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