lunes, 7 de julio de 2008

WHAT YOU NEED IS AN ETIQUETTE LESSON, PART II

Siempre decimos que las segundas partes no suelen ser siempre mejores sino mucho más peores y no dignos de la primera, pero yo considero que son interesantes a nivel humano explicativo porque nos demuestra que siempre hay una continuación de los hechos. No es menos el nivel de la narrativa, los planos, la dirección artística que nos defraude sino más bien el hecho de que no hay un fin después de la primera parte. Muchísimas películas nos demuestra un gran final feliz, en los que los héroes superan a su enemigo, las parejas se vuelven a juntar después de haber sufrido muchísimos obstáculos, el becario ha sido ascendido como jefe del departamento y en la sociedad se ha hecho justicia por un crimen. Nos engañan con el hecho de que existen finales y no continuaciones, que este estado de felicidad se quedará así para la eternidad y que no habrá jamás ningún conflicto o momento crítico posterior en sus vidas. A parte de las películas, las telenovelas son un claro ejemplo de estos engaños: Después de haber sufrido durante unos 200 capítulos, la protagonista que ha sido tratada injustamente se reencuentra con su amor, y juntos se declaran sus amores eternos en escenas pintorescas. Así suele acabar la mayoría de estas series y el llanto de las mujeres al ver el último capítulo no son sólo lágrimas de alegría por la pareja, sino más bien lágrimas de tristeza porque recordamos que ellos no acabarían así eternamente, sino que la vida sigue y por lo tanto, tendrían que superar de nuevo retos, conflictos y volverían a sentir alegrías y sufrir penas.

Todos los acontecimientos no tienen un fin, sino una continuidad, por lo tanto, sería inverosímil decir, que las segundas partes no son necesarias. Sí lo son, a veces, por suerte o por desgracia, pero siempre con la premisa de conciencia de que la vida es un constante círculo y que muchísimas cosas se repiten sin poder evitarlo. Desde que éramos pequeños, la educación de las tres religiones mundiales nos había enseñado que la vida es una línea (que curiosamente, si os fijáis, siempre la dibujamos de izquierda a derecha para indicarnos el camino a Jerusalén), pero yo siempre he considerado que nuestra vida se ve envuelta en un círculo eterno y que por lo tanto siempre hay un punto de partida, uno de fin y un retorno. Y no hablo de reencarnación, sino del Eterno Retorno que según Nietzsche no define su teoría como visión cíclica del mundo, sino que nos menciona que durante nuestras vidas volvemos a encontrarnos con momentos, acontecimientos, pensamientos, emociones que nos hemos cruzado anteriormente y que tenemos esta única posibilidad de mejorar y superar nuestros temores. Al contraste de Milan Kundera que nos había dictado que la vida es un ensayo y por lo tanto no tenemos ninguna prueba, Nietzsche nos dice que tenemos esta opción de volver a vivir y de mejorar nuestra postura humana y convertirnos así en el Superhombre. Personalmente no aplicaría la teoría de Nietzsche al sólo ser humano, al individuo, sino a la humanidad entera porque si nos fijamos, muchísimos acontecimientos realmente se repiten (uno de los ejemplos más plausibles sería guerra y paz) y volvemos a cometer las mismas decisiones, sean erróneas o correctas.


miércoles, 25 de junio de 2008

SOCIETY (EDDIE VEDDER)




It's a mistery to me 
we have a greed 
with which we have agreed 

You think you have to want 
more than you need 
until you have it all you won't be free 

Society, you're a crazy breed 
I hope you're not lonely without me 

When you want more than you have 
you think you need 
and when you think more than you want 
your thoughts begin to bleed 

I think I need to find a bigger place 
'cos when you have more than you think 
you need more space 

Society, you're a crazy breed 
I hope you're not lonely without me 
society, crazy and deep 
I hope you're not lonely without me 

there's those thinking more or less less is more 
but if less is more how you're keeping score? 
Means for every point you make 
your level drops 
kinda like its starting from the top 
you can't do that... 

Society, you're a crazy breed 
I hope you're not lonely without me 
society, crazy and deep 
I hope you're not lonely without me 

Society, have mercy on me 
I hope you're not angry if I disagree 
society, crazy and deep 
I hope you're not lonely without me 




viernes, 20 de junio de 2008

LYRISCHES INTERMEZZO / INTERMEZZO LÍRICO

(Heinrich Heine, 1822-1823)


Es war mal ein Ritter trübselig und stumm,
Mit hohlen, schneeweißen Wangen;
Er schwankte und schlenderte schlotternd herum,
In dumpfen Träumen befangen.
Er war so hölzern, so täppisch, so links,
Die Blümlein und Mägdlein die kicherten rings,
Wenn er stolpernd vorbeigegangen.

Oft saß er im finstersten Winkel zu Haus;
Er hatt sich vor Menschen verkrochen.
Da streckte er sehnend die Arme aus,
Doch hat er kein Wörtlein gesprochen.
Kam aber die Mitternachtsstunde heran,
Ein seltsames Singen und Klingen begann -
An die Türe da hört er es pochen.

Da kommt seine Liebste geschlichen herein,
Im rauschenden Wellenschaumkleide.
Sie blüht und glüht wie ein Röselein,
Ihr Schleier ist eitel Geschmeide.
Goldlocken umspielen die schlanke Gestalt,
Die Äuglein grüßen mit süßer Gewalt -
In die Arme sinken sich beide.

Der Ritter umschlingt sie mit Liebesmacht,
Der Hölzerne steht jetzt im Feuer,
Der Blasse errötet, der Träumer erwacht,
Der Blöde wird freier und freier.
Sie aber, sie hat ihn gar schalkhaft geneckt,
Sie hat ihm ganz leise den Kopf bedeckt
Mit dem weißen, demantenen Schleier.

In einen kristallenen Wasserpalast
Ist plötzlich gezaubert der Ritter.
Er staunt, und die Augen erblinden ihm fast
Vor alle dem Glanz und Geflitter.
Doch hält ihn die Nixe umarmet gar traut,
Der Ritter ist Bräutgam, die Nixe ist Braut;
Ihre Jungfraun spielen die Zither.

Sie spielen und singen, und singen so schön,
Und heben zum Tanze die Füße;
Dem Ritter dem wollen die Sinne vergehn,
Und fester umschließt er die Süße -
Da löschen auf einmal die Lichter aus,
Der Ritter sitzt wieder ganz einsam zu Haus,
In dem düstern Poetenstübchen.



Érase un caballero macilento,
Trémulo, triste, silencioso y lento,
Que vagaba al acaso,
con inseguro paso,
Siempre en hondos ensueños sumergido,
Tan desairado y zurdo y distraído,
Que susurraban flores y doncellas
Al pasar, vacilante, junto a ellas.

Huyendo de los hombres a menudo,
El lugar más recóndito escogía
De la casa, y allí, anhelante y mudo,
En la sombra los brazos extendía.-
¡Media noche sonó!... Rara armonía
Y voces peregrinas se escucharon
Entre la vaga bruma,
Y a la puerta, quedísimo, tocaron.

Con furtiva pisada,
Su visión adorada
Entra vestida de sonante espuma,
Y como fresca rosa,
La divinal hermosa
Brilla, encanta y perfuma.
Cúbrela ténue velo
De vaporosas joyas adornado,
Y la áurea cabellera en rizos suelta,
En ondas baña su figura esbelta;
Brillan sus ojos con la luz del cielo.
Y en brazos uno de otro, al par lanzados,
Se acarician los enamorados.

Contra el amante pecho,
Con fuerza apasionada,
La oprime el caballero en lazo estrecho;
Y el soñador despierta,
Y la nieve se torna en llamarada,
Y el pálido enrojece, y se convierte
El temeroso en atrevido y fuerte.
Mas ella, con engaño femenino
Y sin igual destreza,
Con el brillante velo diamantino
Le envuelve, sin sentirlo, la cabeza.

Encantado al instante
Se encuentra el caballero en un radiante
Palacio de cristal, bajo la linfa
De una tersa laguna sepultado.
Absorto y deslumbrado
Queda ante brillo tanto, mas la ninfa
Del onda habitadora
En sus brazos lo estrecha, lo enamora,
Y en tanto, sus doncellas
A la cítara arrancan notas bellas.

Y de modo tan dulce y lisonjero
Cantan y tocan, que los pies se lanzan
Al baile embriagador, y alegres danzan;
Y siente el caballero
Que, ya desvanecidos,
Amenazan dejarle sus sentidos;
Y a la ondina se enlaza
Y estrechamente en su ansiedad la abraza.
Más, de pronto se extingue
La viva luz... ¡Obscuridad completa!...
¡Y a hallarse vuelve, solitario y triste,
En su guardilla mísera el poeta!

viernes, 13 de junio de 2008

UNA DECISIÓN DE VOZ

El otro día fue otra vez uno de estos días de baja motivación y estima, sabiendo que algún día llegaría ese D-Day, ese día de las grandes decisiones sobre cual rumbo debería tomar mi vida. Tomar decisiones nunca se me fue bien, de facto he preferido mantener una postura de "laissez-faire" y considero que esta actitud a mi estado de madurez ya no conviene. Pero ¿por qué me cuesta tanto tomar decisiones? ¿Qué es lo que me impide? 

Es aquí cuando me recuerdo de un fragmento de Milan Kundera en el que nos comenta la dificultad del ser humano, de poder tener una segunda opción, una segunda vía, ya que todo lo vivimos a la primera, sin ensayo ninguno. Bueno, aquí lo que él denomina "Der Schwer gefasste Entschluss", una decisión de peso va unida a la voz del Destino ("es muss sein", "tiene que ser"); el peso, la necesidad y el valor son tres conceptos internamente unidos: sólo aquello que es necesario, tiene peso; sólo aquello que tiene peso vale. Estas decisiones de mucho peso, que marcarán para siempre nuestro camino, ¿son difíciles? ¿duras? En principio no, pero sí lo son, si la compasión se interfiere. Según Kundera la propia palabra compasión significa que no podemos mirar impertérritos el sufrimiento del otro; o: participamos de los sentimientos de aquel se sufre. En otra palabra, en la española "piedad", que tiene aproximadamente el mismo significado, se nota incluso cierta indulgencia hacia aquel que sufre. "Tener piedad por una mujer" significa que nuestra situación es mejor que la de la mujer, que nos inclinamos hacia ella, que nos rebajamos. Este es el motivo por el cual la palabra "compasión" o "piedad" produce desconfianza; parece que se refiere a un sentimiento malo, secundario, que no tiene mucho en común con el amor. Querer a alguien por compasión significa no quererlo de verdad

Si ampliamos un poco más el significado de su palabra y la iluminamos con otra luz nos demuestra que tener compasión significa saber vivir con otro su desgracia, pero también sentir con él cualquier otro sentimiento: alegría, angustia, felicidad, dolor. Esta compasión significa también la máxima capacidad de imaginación sensible, el arte de la telepatía sensible; es en la jerarquía de los sentimientos el sentimiento más elevado.

Por eso no hay nada más pesado que la compasión. Ni siquiera el propio dolor es tan pesado como el dolor sentido con alguien, por alguien, par alguien, multiplicado por la imaginación, prolongado en mil ecos. ¡Cuánta razón! ¡Cuántas veces estuve pensando en cómo decir las cosas, cómo dejar de pensar en algo o en alguien, la razón por la que me afectan tantas cosas, la razón por mi actitud de "laissez-faire"! Y, leyendo este fragemento, en realidad, lo que quería era librarme de mi compasión, de esa enfermedad que antes no conocía y con cuyo bacilo me contagió! Aún más duro, si no sabemos cuanto tiempo nos puede torturar: ¿Toda la vida? ¿O todo un año? ¿O un mes? ¿O solo una semana? ¿Como podremos saberlo? ¿Como podremos comprobarlo?

Cualquier colegial puede hacer experimentos durante la clase de física y comprobar si determinada hipótesis científica es cierta. Pero el hombre, dado que vive sólo una vida, nunca tiene la posibilidad de comprobar una hipótesis mediante un experimento y por eso nunca llega a averiguar si debía haber prestado oído a su sentimiento o no.

Leyendo estos fragmentos no puedo evitar el entristecimiento pero a la vez me ayudan a aclarar y estar cómoda con mi propia cosmovisión. También me doy cuenta de cuánta razón tenía Jean Paul Sartre con sus ideas del existencialismo: sí, estamos condenados a la libertad, sí, estamos condenados a tomar decisiones de peso, pero sobre todo porque el gran peso es nuestra compasión. Quien me haya dicho que la vida es fácil, en realidad no sé si ha vivido aún.

lunes, 9 de junio de 2008

WHAT YOU NEED IS AN ETIQUETTE LESSON

Si, señores, ya era hora de empezar con el primer recopilatorio de FASQ, Frequently Asked Stupid Questions, ya que se avecina mi tercer “aniversario” en este mercado cinematográfico catalán (ya llevaba otros 4 en Bochum, pero ¡quién me iba decir!). Ya que de momento tengo todo acabado en la oficina (entro a las 10h y a las 10.30h ya acabé de leer los 3 emails y borrar los 45 spams), los estudiantes están en exámenes, por lo tanto no me vienen a molestar mucho, o sea que estoy de tranquis y con mucho tiempo.

La causa por mi repentina presentación de esta lista de conversaciones dummies, es, que escuché a mi jefe ayer comentando que este cine se encuentra en el 7º puesto nacional en cuanto a la amabilidad de los trabajadores hacia los clientes. La verdad es que me parece poco verosímil, porque llevo casi 10 años trabajando cara al público y estos tres últimos años tuve que poner bastante a prueba mi paciencia con los espectadores.

Por empezar, ni la mitad de los clientes se molestan a decir buenos días, buenas tardes, y de “por favor” ni hablar. El día 1 de enero he batido el récord: sólo 2 espectadores me felicitaron por el año nuevo. La mayoría ni te dicen “por favor” al pedir las entradas y debes estar agradecida por haber escuchado un “gracias” (que ya es mucho pedir para algunos). En fin, aún no me molestarían estas formalidades si los clientes viniesen con la tranquilidad, con cortesía y no con esa prepotencia obsesiva. Algunos ya te vienen exigiendo cosas, como ¡me debes cambiar las entradas! Los peores de todos son los que empiezan a echar a las taquilleras (y no a la empresa) la culpa por:

a) que no tenemos máquina para cobrar con tarjeta de crédito

b) que las películas están en versión original

c) que los fin de semana no tenemos descuentos para estudiantes

d) que no aceptamos el carnet universitario de docente/profesor/administrativo como estudiante

e) que el precio de la entrada es muy cara (si, por lo visto, algunos creen que me hago rica con los aumentos)

f) que la página web de la empresa no funciona (sí, las taquilleras hacemos también diseño de web)

g) que no vemos todas las películas (¿la has visto? – No, todavía no. - ¿deberías verla, eh?!! Es tu trabajo!! - señor, mi trabajo es vender entradas.)

h) que los viernes se estrenan películas y por lo tanto hay modificación de horarios.

i) que las sesiones están numeradas

j) que las sesiones no están numeradas

k) que no sabemos los horarios de memoria (inserte MEMORY DISC, por favor)

l) que no recomendamos películas (me gustaría recomendar Inland Empire, pero luego la gente no volvería al cine, jajaj)

m) que el supermercado del centro comercial está cerrado y no pone aviso

n) que no aceptamos dólares (eing?)

o) que no tengamos la cartelera de otros cines





Clásicas preguntas por parte de los castellano/catalano-hablantes (Parte I)


Cliente 1: Dos entradas para ver Brokeback Mountain.

Yo: Hay 16 filas en la sala, ¿dónde prefiere sentarse? ¿En el medio, delante, atrás?

Cliente 1: Pues detrás del todo.

Yo: Entonces en la fila 16, centrado, ok?

Cliente 1: ¿No tiene más detrás?



Cliente 2: Dues entrades per la sala 3, si us plau.

Yo: N’hi ha 14 files, cap al mig o al darrere?

Cliente 2: Al mig, si pot ser al costat del pasillo.

Yo: El passadís està al costat de la sala, no al centre.

Cliente 2: Doncs al centre, al costat del passadís.

Yo: Li vaig dir, que el passadís està al costat de la sala, als laterals (parezco una azafata de avión)

Cliente 2: No, doncs al centre millor.

Le cobro y le doy las entradas

Cliente 2: Ah! Però? són numerades les sesions?


Cliente 3: ¿Puedo cambiar estas entradas por otra película? Es que ya la hemos visto.


Cliente 4 ¿Qué significa v.o.s.e?

Yo: Versión Original Subtitulada en Español

Cliente 4: ¿o sea todas las películas son en inglés?

Yo: No exactamente, todas son en Versión Original

Cliente 4: O sea en castellano?

Yo: (respiro, respiro) No, señor, en versión original, las películas americanas son en inglés, las películas alemanas en alemán, las películas francesas en francés!








PD: título del post sacado de la serie Frasier (capítulo 3.17: High Crane Drifter)

Frasier: Frankly, I have had it with the whole boorish, ill-mannered
world.

(...)

Frasier: Excuse me, but we were waiting for this table.
Man: So get another one.
Frasier: [irritated] Well, there aren't any. Look, you knew that we
were waiting for it. We politely stood back and let those
people leave and then you just jumped right in here!
Man: Well, you won't make that mistake again.

Frasier's eyes bug out.


Niles: Frasier, Frasier... forget it. We'll just... we'll wait for
another table.
Frasier: No, we won't! This isn't about the table anymore! This is
about the erosion of common decency. [places his coffee on
the table] Sir, when you treat me this way you encourage me
to be discourteous to another. And so on and so on. [the man
doesn't acknowledge him] You don't have any manners, do you?
[the man continues sipping his coffee] Then perhaps what you
need is an etiquette lesson!!


Frasier lifts the man up from his chair and roughly shoves him out
the door. He returns to find all eyes upon him in shock.


Frasier: SIT DOWN, NILES! [they sit]
Niles: [to a waiter] My brother will have a decaf.

lunes, 26 de mayo de 2008

MY DARK SIDE OF THE MOON




"I've been mad for fucking years, absolutely years, been over the edge for yonks, been working me buns off for bands..."

"I've always been mad, I know I've been mad, like the
most of us...very hard to explain why you're mad, even if you're not mad..."

Speak To Me - Pink Floyd




Sí, es verdad, llevo días sin actualizar, no es porque esté muy ocupada, sino que es pura vagancia. Tampoco díria que sea vagancia, pero llevo días con un bajón, no me apetece escribir. Llevaba días sin contestar a mails y llamadas de amigos (sí, mis estimados amig@s, aún estoy viva), me parezco más bien una planta que necesita que le cuiden un poquito; algunas veces me alimento tomándome alguna agua pura y fresca y otras veces me pongo un poquito al sol para que mis flores puedan florecer, pero eso es todo. Y que encima no esté saliendo el sol desde hace días tampoco ayuda. ¿Y si no sale el sol? Mis hojas (que en mi caso sería mi cuerpo) no podrían generar la fotosintesis, por lo tanto es comprensible que si no escribo, ni llamo, ni me alimento no será porque esté perezosa, sino porque hay algo que falta en mi vida: energía.


"And I am not frightened of dying, any time will do, I
don't mind. Why should I be frightened of dying?
There's no reason for it, you've gotta go sometime."

"If you can hear this whispering you are dying."

"I never said I was frightened of dying."


The Great Gig In The Sky - Pink Floyd



Mi alimentación alternativa consiste en escuchar música y esto desde toda la vida. No recuerdo ningún momento en mi vida, momentos que hayan sido acompañados por tristeza, alegría, sorpresas, felicidad, decepción, traumas, amores, en la que no tuviese la música adecuada para escuchar y sentirme viva. Un ejemplo concreto: En uno de estos días llenos de pereza por falta de energía tengo siempre en mi ipod Dark Side Of The Moon de Pink Floyd. Para mí una obra maestra, a parte de ser un magnus opus de la discografía de Pink Floyd, considero que es uno de los imprescindibles en mi vida. A parte de las melodías de cada una de las canciones empezando por Speak To Me, pasando por mi canción favorita The Great Gig In The Sky y luego las cuatro últimas canciones contínuas finalizadas con la resurrección de todos mis sentidos en Eclipse, os podría decir que cada canción representa una parte de mi propia vida filosófica. Si tuviese que elegir tres cosas para llevarme a una isla desierta una sería fijo al cien por cien: este disco, me lo llevaría, da igual si es en LP, en Caseta, en CD, en Mini-Disc, en MP3, en MP4. ¡Me lo llevo! La música no es mi droga, ya que no altera mi estado de consciencia, no, al contrario, es uno de los complementos de mi vida, me ayuda a definir y aclarar mis sentimientos, mis actitudes y analizar mis estados psicológicos. Al igual que necesito la nutrición, el agua, el sol para mi búsqueda de identidad. Y amor, claro.

Y ahora os dejo con la letra del gran final de esta obra maestra:


All that you touch
All that you see
All that you taste
All you feel.
All that you love
All that you hate
All you distrust
All you save.
All that you give
All that you deal
All that you buy,
beg, borrow or steal.
All you create
All you destroy
All that you do
All that you say.
All that you eat
And everyone you meet
All that you slight
And everyone you fight.
All that is now
All that is gone
All that's to come
and everything under the sun is in tune
but the sun is eclipsed by the moon.

"There is no dark side of the moon really. Matter of fact it's all dark."


Eclipse - Pink Floyd





jueves, 24 de abril de 2008

LA MEMORIA DUELE Y ENSEÑA

Hoy dedicaré el post a uno de los tres escritores contemporáneos que marcaron por siempre mi conciencia, mi forma de ser y mi decisión de envolucrarme más en temas de conflictos y paz. Se trata de Eduardo Galeano (y el segundo es el escritor J.M. Coetzee y el tercero Antoni Negri, por si os interesa). El otro día en el programa de Telemonegal, Ferrán nos hizo recordar al eminente escritor (y también periodista) de una de las grandes obras de la historia de la humanidad "Las venas abiertas de Latinoamérica". Al mismo tiempo y coincidiendo con la festividad de Sant Jordi, me tomé la libertad de daros un artículo de Galeano de hace unos 3 años, en el momento de la aparición del famoso gas en zonas donde vivían mayoritariamente indígenas y que refleja muy bien su capacidad expresiva, su genio en escribir frases que critica de forma latente la conducta y la inmoralidad del ser humano. Combina muy bien el estilo literario narrativo con un gran llamamiento político, un llamamiento para dejar por fin atrás estos valores vacíos proclamados por los países ricos y hacer por fin caso a los gritos de millones de personas que sufren cualquier tipo de injusticia.

Leí por primera vez este artículo en un seminario sobre la actualidad de Latinoamérica en mi universidad de Bochum en el cual la profesora (que por cierto es uruguayana) nos dejó varios recopilaciones de textos de Galeano para que los tradujéramos en alemán. No es fácil ya por si traducir este texto (ya que soy politóloga y no traductora), pero más aún no ha sido fácil traducir frases en el cual cada vez que las leías te dabas cuenta de lo mal que está este mundo. Si este artículo ya fue un desafío para mi propia conciencia, pues ya os podeis imaginar como estuve en su momento al leer "Las Venas Abiertas de Latinoamérica." Escalofriante, ya que somos nosotros, el ser humano, que cometemos estos horrores, y no los monstruos, vampiros, zombies o extraterrestes o cualquier otro bicho raro ficticio que sale en la TV o en el cine. Esto es la realidad y ya es bastante dura.


El país que quiere existir - Eduardo Galeano (2003)

Una inmensa explosión de gas: eso fue el alzamiento popular que sacudió a toda Bolivia y culminó con la renuncia del presidente Sánchez de Lozada, que se fugó dejando tras sí un tendal de muertos.

El gas iba a ser enviado a California, a precio ruin y a cambio de mezquinas regalías, a través de tierras chilenas que en otros tiempos habían sido bolivianas. La salida del gas por un puerto de Chile echó sal a la herida, en un país que desde hace más de un siglo viene exigiendo, en vano, la recuperación del camino hacia el mar que perdió en 1883, en la guerra que Chile ganó.

Pero la ruta del gas no fue el motivo más importante de la furia que ardió por todas partes. Otra fuente esencial tuvo la indignación popular, que el gobierno respondió a balazos, como es costumbre, regando de muertos las calles y los caminos. La gente se ha alzado porque se niega a aceptar que ocurra con el gas lo que antes ocurrió con la plata, el salitre, el estaño y todo lo demás.

La memoria duele y enseña: los recursos naturales no renovables se van sin decir adiós, y jamás regresan.


Allá por 1870, un diplomático inglés sufrió en Bolivia un desagradable incidente. El dictador Mariano Melgarejo le ofreció un vaso de chicha, la bebida nacional hecha de maíz fermentado, y el diplomático agradeció pero dijo que prefería chocolate. Melgarejo, con su habitual delicadeza, lo obligó a beber una enorme tinaja llena de chocolate y después lo paseó en un burro, montado al revés, por las calles de la ciudad de La Paz. Cuando la reina Victoria, en Londres, se enteró del asunto, mandó traer un mapa, tachó el país con una cruz de tiza y sentenció: “Bolivia no existe”.

Varias veces escuché esta historia. ¿Habrá ocurrido así? Puede que sí, puede que no.

Pero la frase ésa, atribuida a la arrogancia imperial, se puede leer también como una involuntaria síntesis de la atormentada historia del pueblo boliviano. La tragedia se repite, girando como una calesita: desde hace cinco siglos, la fabulosa riqueza de Bolivia maldice a los bolivianos, que son los pobres más pobres de América del Sur. “Bolivia no existe”: no existe para sus hijos.


Allá en la época colonial, la plata de Potosí fue, durante más de dos siglos, el principal alimento del desarrollo capitalista de Europa. “Vale un Potosí”, se decía, para elogiar lo que no tenía precio.

A mediados del siglo dieciséis, la ciudad más poblada, más cara y más derrochona del mundo brotó y creció al pie de la montaña que manaba plata. Esa montaña, el llamado Cerro Rico, tragaba indios. “Estaban los caminos cubiertos, que parecía que se mudaba el reino”, escribió un rico minero de Potosí: las comunidades se vaciaban de hombres, que de todas partes marchaban, prisioneros, rumbo a la boca que conducía a los socavones. Afuera, temperaturas de hielo. Adentro, el infierno. De cada diez que entraban, sólo tres salían vivos. Pero los condenados a la mina, que poco duraban, generaban la fortuna de los banqueros flamencos, genoveses y alemanes, acreedores de la corona española, y eran esos indios quienes hacían posible la acumulación de capitales que convirtió a Europa en lo que Europa es.

¿Qué quedó en Bolivia, de todo eso? Una montaña hueca, una incontable cantidad de indios asesinados por extenuación y unos cuantos palacios habitados por fantasmas.


En el siglo diecinueve, cuando Bolivia fue derrotada en la llamada Guerra del Pacífico, no sólo perdió su salida al mar y quedó acorralada en el corazón de América del Sur. También perdió su salitre.

La historia oficial, que es historia militar, cuenta que Chile ganó esa guerra; pero la historia real comprueba que el vencedor fue el empresario británico John Thomas North. Sin disparar un tiro ni gastar un penique, North conquistó territorios que habían sido de Bolivia y de Perú y se convirtió en el rey del salitre, que era por entonces el fertilizante imprescindible para alimentar las cansadas tierras de Europa.


En el siglo veinte, Bolivia fue el principal abastecedor de estaño en el mercado internacional.

Los envases de hojalata, que dieron fama a Andy Warlhol, provenían de las minas que producían estaño y viudas. En la profundidad de los socavones, el implacable polvo de sílice mataba por asfixia. Los obreros pudrían sus pulmones para que el mundo pudiera consumir estaño barato.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Bolivia contribuyó a la causa aliada vendiendo su mineral a un precio diez veces más bajo que el bajo precio de siempre. Los salarios obreros se redujeron a la nada, hubo huelga, las ametralladoras escupieron fuego. Simón Patiño, dueño del negocio y amo del país, no tuvo que pagar indemnizaciones, porque la matanza por metralla no es accidente de trabajo.

Por entonces, don Simón pagaba cincuenta dólares anuales de impuesto a la renta, pero pagaba mucho más al presidente de la nación y a todo su gabinete.

El había sido un muerto de hambre tocado por la varita mágica de la diosa Fortuna. Sus nietas y nietos ingresaron a la nobleza europea. Se casaron con condes, marqueses y parientes de reyes.

Cuando la revolución de 1952 destronó a Patiño y nacionalizó el estaño, era poco el mineral que quedaba. No más que los restos de medio siglo de desaforada explotación al servicio del mercado mundial.


Hace más de cien años, el historiador Gabriel René Moreno descubrió que el pueblo boliviano era “celularmente incapaz”. El había puesto en la balanza el cerebro indígena y el cerebro mestizo, y había comprobado que pesaban entre cinco, siete y diez onzas menos que el cerebro de raza blanca.

Ha pasado el tiempo, y el país que no existe sigue enfermo de racismo.

Pero el país que quiere existir, donde la mayoría indígena no tiene vergüenza de ser lo que es, no escupe al espejo.

Esa Bolivia, harta de vivir en función del progreso ajeno, es el país de verdad. Su historia, ignorada, abunda en derrotas y traiciones, pero también en milagros de esos que son capaces de hacer los despreciados cuando dejan de despreciarse a sí mismos y cuando dejan de pelearse entre ellos.

Hechos asombrosos, de mucho brío, están ocurriendo, sin ir más lejos, en estos tiempos que corren.


En el año 2000, un caso único en el mundo: una pueblada desprivatizó el agua. La llamada “guerra del agua” ocurrió en Cochabamba. Los campesinos marcharon desde los valles y bloquearon la ciudad, y también la ciudad se alzó. Les contestaron con balas y gases, el gobierno decretó el estado de sitio. Pero la rebelión colectiva continuó, imparable, hasta que en la embestida final el agua fue arrancada de manos de la empresa Bechtel y la gente recuperó el riego de sus cuerpos y de sus sembradíos. (La empresa Bechtel, con sede en California, recibe ahora el consuelo del presidente Bush, que le regala contratos millonarios en Irak.)

Hace unos meses, otra explosión popular, en toda Bolivia, venció nada menos que al Fondo Monetario Internacional. El Fondo vendió cara su derrota, cobró más de treinta vidas asesinadas por las llamadas fuerzas del orden, pero el pueblo cumplió su hazaña. El gobierno no tuvo más remedio que anular el impuesto a los salarios, que el Fondo había mandado aplicar.

Ahora, es la guerra del gas. Bolivia contiene enormes reservas de gas natural. Sánchez de Lozada había llamado capitalización a su privatización mal disimulada, pero el país que quiere existir acaba de demostrar que no tiene mala memoria. ¿Otra vez la vieja historia de la riqueza que se evapora en manos ajenas? “El gas es nuestro derecho”, proclamaban las pancartas en las manifestaciones. La gente exigía y seguirá exigiendo que el gas se ponga al servicio de Bolivia, en lugar de que Bolivia se someta, una vez más, a la dictadura de su subsuelo. El derecho a la autodeterminación, que tanto se invoca y tan poco se respeta, empieza por ahí.

La desobediencia popular ha hecho perder un jugoso negocio a la corporación Pacific LNG, integrada por Repsol, British Gas y Panamerican Gas, que supo ser socia de la empresa Enron, famosa por sus virtuosas costumbres. Todo indica que la corporación se quedará con las ganas de ganar, como esperaba, diez dólares por cada dólar de inversión.

Por su parte, el fugitivo Sánchez de Lozada ha perdido la presidencia. Seguramente no ha perdido el sueño. Sobre su conciencia pesa el crimen de más de ochenta manifestantes, pero ésta no ha sido su primera carnicería y este abanderado de la modernización no se atormenta por nada que no sea rentable. Al fin y al cabo, él piensa y habla en inglés, pero no es el inglés de Shakespeare: es el de Bush.


Tomado de: Página/12, Buenos Aires, domingo 19 de octubre de 2003.